Es que en Octubre de 2015, que recién termina, registró 26 asesinatos.

Hay despidos de Comandantes, sin embargo eso en lugar de garantizar una mejor actuación de la Policía Municipal, preocupa a pesar de que los elementos despedidos serán ‘monitoreados’.

Y es que los uniformados no parecen muy felices de recibir a un jefe que tanto en Irapuato como en Guanajuato, duró poco al mando.

Al final el tiempo dirá, sin soslayar el trabajo de fondo que debe ejecutarse en materia de seguridad.

Como dicen una cosa, hacen otra

¿Quién puede explicar el actuar de los militantes del Partido Revolucionario Institucional?

Cada vez se parecen más a los perredistas. Cambian de amigos, de aliados, de corrientes y finalmente lo harán de partido político. Por ahí fundan uno nuevo.

Y es que como dicen una cosa hacen otra. Apenas, durante la última visita de EPN a León, Miguel Ángel Chico, flamante Senador de la República, se decía muy amigo de Bárbara Botello y de Gerardo Sánchez. Chico es incluso compadre de Botello.

Ahora, se le ve socialmente con el ‘eterno’ Francisco Arroyo Vieyra, quien lleva décadas viviendo del erario. Junto a ellos el maestro Alejandro Arias, así como la Diputada Federal Yulma Rocha, personajes muy cercanos en su momento a Wintilo Vega. Los tres al menos son adversarios de la ex Alcaldesa de León, así como del líder de los campesinos priístas.

¿A dónde irá a parar el PRI con la desunión que hoy caracteriza a sus líderes guanajuatenses? En eso tendrán que aprender las formas del PAN, que básicamente son las mismas del PRI pero en sus grandes ligas.

El virus de la soberbia

Algo que ha caracterizado a algunos panistas que están en cargos estratégicos es su soberbia. Personajes como Éctor Jaime Ramírez Barba coordinador del PAN en el Congreso local, o su colega en el Poder Legislativo, Ricardo Torres Origel, hablan con mucha seguridad de que la gente votó por ellos.

Sin embargo vale recordar que el 80 por ciento de la población no votó por el PAN.

Que recuerden que el gran ganador fue el abstencionismo, el más alto de la historia. Los retos son mayores y la humildad debería ser la premisa.

La actitud debería ser al contrario, porque la elección de 2018 es la que cuenta. ¿Para qué jugarle al tonto?