Investigación interinstitucional

Fue a principios de año cuando Mayoye Angelitos Guerreros solicitó al rector Enrique Luis Graue Wiecher que se ampliara la investigación correspondiente, luego de que en noviembre de 2015 la UNAM informara que se encontró radiactividad alfa en 2.5 becquereles por litro de agua en el pozo, cuando la norma 127 de calidad del agua especifica como un máximo de 0.56 Becquereles por litro.

En abril pasado, la universidad anunció la ampliación de los estudios que realiza en la comunidad La Cantera para determinar el origen de los casos de leucemia linfoblástica aguda, por lo que junto al Centro de Geociencias (CGeo) se suman tres instancias más que son el Instituto de Física, el Instituto de Ciencias Nucleares y el instituto de Ciencias del Mar y Limnología.

Aunque los investigadores iniciaron los estudios correspondientes, por el momento se espera la información oficial de la Máxima Casa de Estudios del país; no obstante, con equipo especial, este medio pudo corroborar la presencia del gas radón en el ambiente.

A través de un aparato especial que mide las emisiones radiactivas tipo alfa producidas por el gas radón, se pudo corroborar la presencia de éste en la comunidad.

El investigador del CGeo, Marcos Adrián Ortega Guerrero les indicó a las integrantes de Mayoye que el equipo con el que se hacían las mediciones permitía que ya no se tendrían que esperar a los resultados de un laboratorio para determinar la cantidad de gas presente en el ambiente.

Al tratar de ser entrevistado, el académico indicó que sería la UNAM la encargada de dar a conocer los resultados, ya que él sólo formaba parte del equipo interinstitucional de investigación y sería a través de la universidad como se compartirían los resultados de su estudio a la sociedad.

Prevención

De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) se recomienda hacer pruebas para medir los niveles de gas radón en los hogares.

El gas a simple contacto no afecta al ser humano. Lo afecta –y es cancerígeno- cuando ingresa al cuerpo, es decir, al ser respirado o por el agua que se ingiere, aunado al tiempo de exposición, la cantidad de gas absorbido, la edad de la persona expuesta y las condiciones de salud (si fuma o no); por lo que las medidas necesarias para evitar la afectación por el mismo es a través de sistema de aireación para liberar el gas, así como mantener los cuartos con ventilación suficiente.

Según la EPA, uno de cada 15 hogares de Estados Unidos conserva niveles altos de radón, por lo que se deben tomar medidas para liberarlo a la atmósfera, donde se diluye.