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Juan Quesada - 2016-12-01 10:52:46 Código Editorial Madrid - “Solo los años han podido vencer a Fidel”, dijo Rafael Correa, Presidente de Ecuador, en el homenaje que los diferentes jefes de Estado han dado estos días a Fidel Castro después de su fallecimiento. Mientras veíamos a una comitiva fúnebre entre las lágrimas reales y teatrales de un pueblo que su muerte desde perspectivas diferentes. Lo que es evidente es que, en este tipo de regímenes, como ocurre en Venezuela, solo unos pocos viven, mientras que la mayoría sobrevive. ¿Qué va a pasar con Cuba? Desde una visión de la política exterior el momento en el que muere Castro es muy propicio. Inicio de los movimientos de apertura, después del acuerdo con Estados Unidos, la visita de Obama o la intermediación del Papa Francisco. Las dudas aparecen, como siempre y como está ocurriendo con medio mundo, con las declaraciones de Donald Trump sobre la isla. Pero no perdamos la perspectiva y la realidad de las cosas. Raúl Castro era y es el heredero. Durante los 10 años que Fidel llevaba fuera del poder su influencia ha ido menguando. Siempre su opuso a las medidas de apertura de su hermano, que hoy son una realidad. Se ha ido el mito, pero la vida continua. Y la vida en Cuba pasa por continuar con las reformas y acuerdos emprendidos por Raúl con Estados Unidos. Cuba debe homenajear al mito. Bien. Pero una cosa es el homenaje y otra muy distinta es que lo acordado ya no sirva. Castro vivía, pero no estaba. El Gobierno de Cuba ha organizado un gran espectáculo para la despedida. Felicidades. Pero después de estos 9 días de luto, de nuevo, el Vaticano, el entorno de Obama, y el resto de los gobiernos que han hecho este momento posible, deben seguir trabajando. Los medios se han encargado de forma inteligente de vincular la figura del revolucionario con la continuidad o no del régimen, cuando son cosas distintas. Raúl Castro tiene la oportunidad, como su hermano, de pasar a la historia, pero por razones distintas. Debe ser el impulsor del gran cambio de Cuba en una transición que debe ser paulatina, pero sin pausa. Porque el momento es ahora o ahora. Todo indica que la hoja de Ruta está marcada. 2017 será un año decisivo para impulsar las reformas que deben acabar en la celebración de unas elecciones libres en la isla. Unas hipotéticas elecciones en 2018, en las que no estaría Raúl, pero si el Partido. Por tanto, la elección del delfín de los Castro y la velocidad en la que avancen las medidas serán el objetivo de estos meses clave. Historiadores, politólogos, diplomáticos y sobre todo el sector empresarial deben estar atentos a estos avances en los próximos meses porque son decisivos. Las cosas van a suceder, solo ha habido un impasse para el homenaje a alguien que durante 50 años ante todo creyó que llevaba razón. Hizo desaparecer a los que no pensaban como él y murió pensando que había dejado un reguero de seguidores y un modelo. Admiraban al orador y al personaje, pero la vinculación de con sus ideas era connatural. Juan Quesada es articulista de Códigos y Consultor Politico. CEO del grupo de Empresas MOSAIQ @JQuesada_
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