Los victimarios llamaron por su nombre a la mujer y al salir la acribillaron con cerca de 12 disparos de arma de fuego.

Miriam Rodríguez Martínez se convirtió en defensora de derechos humanos luego de sufrir la pérdida de una hija en 2012 cuando fue secuestrada y finalmente asesinada por integrantes de los Zetas, grupo criminal que controlaba San Fernando en esa época.

Uno de los secuestradores, presuntamente Enrique Yoel Rubio Flores, fue detenido meses después e internado en el penal de Ciudad Victoria, pero el pasado mes de marzo se escapó junto con 29 reos que se fugaron por un túnel.

La activista también sufrió el intento de secuestro de su esposo, a quien los Zetas sacaron de su negocio. La mujer impidió el secuestro al perseguir en su auto a los delincuentes a la vez que avisó a los miembros del Ejército, quienes lograron detener a los secuestradores.

En los últimos meses Miriam Rodríguez se convirtió en la representante de las víctimas de la violencia que ha asolado San Fernando desde marzo del año 2010, donde fueron masacrados 72 migrantes y se han asesinado desde esa fecha a más dos mil personas, 392 de ellos localizados en las fosas de la zona conocida como El Arenal.

Actualmente el poblado, donde habitan más de 70 mil ciudadanos, tiene un padrón de alrededor de mil niños que quedaron huérfanos debido a que sus padres desaparecieron o fueron asesinados.

Durante la pasada campaña electoral Rodríguez Martínez se acercó al candidato del Partido Acción Nacional, Francisco Javier Cabeza de Vaca, para que atendiera a las víctimas de San Fernando.

En respuesta a esa petición Cabeza de Vaca arrancó su campaña electoral en San Fernando con una reunión privada con más de 400 familias, a las que prometió apoyo y justicia para sus familiares.

Recientemente, Rodríguez Martínez solicitó protección a las autoridades estatales y federales por la fuga del asesino de su hija de penal de Ciudad Victoria, pero no recibió respuesta.